
…Ni el pregonero tendría más oportunidades que ella de divulgar hasta el último detalle de mi vida
Novela breve, inicialmente publicada por entregas en la revista «The Ladies’ Companion» (febrero-abril de 1851), «Las confesiones del señor Harrison» es un divertido relato costumbrista donde, con amabilidad pero evidente ironía, Elizabeth Gaskell retrata la cotidianeidad de una pequeña comunidad de la Inglaterra rural victoriana y los problemas que sus habitantes deben afrontar.
Una noche, mientras conversan junto al fuego, un amigo interroga al señor Harrison, sobre el modo en que conoció a su esposa y llegaron a casarse, dándole así pie para rememorar sus primeros años como médico en Duncombe, pueblo al que llegó destinado tras concluir su formación en Londres, la expectación con que allí fue recibido y las confusiones y malentendidos en los que, a causa de determinados intereses y las maledicencias propias de un ambiente social tan reducido, se vio envuelto.
La importancia extrema que, en ese contexto, adquiere para todos la aprobación social, la relevancia de ciertas tradiciones, el inalterable modo de vida, año tras año de los vecinos del pueblo, su carácter entrometido, sus envidias y pequeñas maldades, la facilidad con que cualquier comentario malintencionado machaca una reputación, el matrimonio como única opción de futuro para las mujeres… Todo ello es lo que Gaskell retrata con maestría y mucho sentido del humor, a través de la mirada perpleja de un forastero que observa con distancia lo que ocurre a su alrededor, sin acabar nunca de entender del todo las dobles intenciones de determinados actos ni el revuelo que, entre ciertos sectores, provoca su llegada.
Divertidísimo el desfile de viudas y solteronas a la caza de marido, la incomprensión del protagonista, ajeno por completo a la situación, enamorado en secreto de una joven que piensa inalcanzable, y el enredo que, inevitablemente, con ello se produce.
Relato inocente, sutil y delicado que atrapa, en su ritmo lento y tranquilo, el espíritu de un mundo que ya por entonces comenzaba a desaparecer.
Como apéndice a su edición y a modo de epílogo, «Alba Editorial» incluye también en este volumen el artículo titulado «La Inglaterra de la última generación», un compendio de anécdotas en torno a la ciudad de Knutsford donde la autora pasó su infancia, que posiblemente le sirviera de modelo a la hora de recrear el ambiente del ficticio pueblo de Duncombe o perfilar los rasgos y peculiaridades de los personajes que recorren la historia.