Landero, Luis: El huerto de Emerson

 

…Y, en general, prefiero soñar la vida que vivirla

Recién publicada por Tusquets, esta última novela de Luis Landero sigue la estela trazada por «El balcón en invierno». Regresa el autor a ese mismo universo narrativo para evocar con ello un mundo y un tiempo ya desaparecidos. En el tono propio de la tradición oral, de esas historias contadas junto al fuego, que él mismo rememora con nostalgia y pretende atrapar en su cuaderno, recupera Landero retazos de su vida: de sus años de infancia y el asombro grabado en sus ojos de niño, de su primera juventud y sus sueños de poeta, de sus ansias de libertad, de los primeros amores, de su obsesión por la literatura y el afán luego por transmitir a los alumnos su entusiasmo, de su esfuerzo por hacerles partícipes del hechizo latente entre los libros…

Un relato basado por completo en la memoria, cargado de ternura y sutiles pinceladas de ironía, para revivir una época no tan lejana en el tiempo pero tremendamente distante en el recuerdo, a la que el propio narrador se refiere continuamente como aquel «Lejano Entonces». Un lejano entonces, el de los años cincuenta de un pequeño pueblo extremeño, habitado por gentes esforzadas, dedicadas al campo, sabias pese al extremo desconocimiento de otras realidades, donde una nueva generación se iba abriendo camino poco a poco para muy pronto abandonarlo en el sueño de otra vida.

A lo largo de los quince capítulos en que se divide la historia, relatos independientes en sí mismos, el autor desgrana recuerdos, ilusiones, desengaños, revela anécdotas y secretos familiares, se asoma a las vidas de sus padres y abuelos, se burla en ocasiones de sí mismo… Todo ello con una naturalidad y una sencillez que desarman y una melancolía suave que araña pero no duele, logrando de ese modo un texto repleto de matices, dulce, divertido, sin imposturas y desbordante de humanidad.

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