
No sé qué voy a hacer con mi mente. Tampoco estoy segura de qué hacer con mi cuerpo
Ambientada en el Londres de los años sesenta y con un marcado, al parecer, carácter autobiográfico, es ésta la obra que lanzó a la fama a Penélope Fitzgerald y con la que obtuvo el premio Booker Prize de novela en 1979. A través de la historia de Nenna James y sus hijas, Martha y Tilda, asistimos al día a día de una pequeña y algo extravagante comunidad que ha hecho de los viejos barcos anclados a orillas del Támesis su hogar. Recrea así la autora las estructuras sociales, los lazos de convivencia y la red de solidaridad que surge en torno a la vida en un barco, una vida que está lejos de ser idílica ni tan romántica como quizás pudiera parecer.
Abandonada por un marido que se niega a vivir en el río, Nenna lucha por mantener su modo de vida y sacar adelante a unas niñas a quienes la autora presenta en realidad como mucho más maduras y responsables que la madre, protectoras, conscientes de vivir en la miseria y pese a ello felices en su libre vagabundeo por los muelles.
Más allá de la trama y como también ocurre en otras obras de la autora («La librería», por ejemplo), el interés de la novela se halla en la pequeña cotidianidad que relata: en el rutinario transcurrir de los días, en el cúmulo de relaciones personales y sociales que ello genera y en una protagonista que en un momento crucial de su vida afronta sin amargura decepciones y desalientos. Una mujer a la deriva que no se resigna a la derrota y busca un nuevo rumbo.
Personajes de gran profundidad y muy bien construidos, tanto principales como secundarios, para una historia agridulce, sutil, irónica y muy melancólica.