
Tic-tac, tic-tac.
Un niño nace.
Tic-tac, tic-tac.
Un joven se enamora.
Tic-tac, tic-tac.
Una pareja envejece.
Tic-tac, tic-tac…
Piensa el hombre la vida y sueña el tiempo. Consuela el pasado su presente, predice el presente su futuro, acalla el futuro su desvelo.
Adelante, siempre hacia delante, la flecha del tiempo jamás tuerce su camino. Los segundos devienen minutos, los minutos horas, las horas días… Predecible y monótono, avanza sin destino e, inmutable, discurre hacia la nada en medio del abismo.

