
Cuando la noche es oscura las estrellas brillan intensamente y todo es silencio
Ganador del premio Nobel de Literatura en 1962, autor de cuentos, novelas, guiones cinematográficos…, John Steinbeck (1902-1968) fue uno de los autores más prolíficos e influyentes de la narrativa americana del S.XX. La experiencia de la vida rural, la lucha de los trabajadores, la conexión con la tierra, son las constantes que recorren su obra. Relatos centrados en la época de la Gran Depresión, de corte realista, que exploran temas tan universales como la justicia social, la soledad, la alienación existencial a que conducen ciertas desigualdades o la utopía del sueño americano. Siempre todo ello con una mirada crítica pero también compasiva hacia sus personajes.
Los crisantemos es un relato breve cargado de simbolismo y sutileza que revela la maestría de Steinbeck como narrador de emociones y del devenir del tiempo. Un día en la vida de su protagonista, Elisa Allen, que se convierte en metáfora de su propia existencia.
Mujer fuerte y con gran talento para la jardinería, el mundo de Elisa se reduce al cuidado de la granja de su marido y de las flores que cultiva, unos crisantemos que cosecha con mimo y son su mayor orgullo. La llegada al pueblo de un buhonero y la conversación que mantiene con él, la harán tomar conciencia de la insatisfacción que late en su interior y de las aspiraciones frustradas por una sociedad que apenas reconoce el papel de las mujeres.
La flor del crisantemo, resistente y bella como pocas, sirve al autor para representar la dualidad entre la vida y la muerte. En su apogeo es símbolo de fertilidad pero a medida que va siendo cortada revela lo efímero de su esplendor. Algo que resulta extrapolable a la vida de Elisa y al despertar emocional que experimenta a lo largo del cuento.
Soledad, incomprensión, desaliento…, son los temas de fondo de una historia breve, delicada, llena de melancolía y de belleza.