
Pero abría una página y su mundo dejaba de existir
Tras «Los contadores de estrellas», compendio de cuarenta y cuatro relatos con el que Isabel Caballero ─autora del blog Locabajo donde publica parte de sus cuentos─ saltó al mundo editorial, llega ahora «Villa Herbania» (Círculo Rojo Editorial), primera novela de una autora con un mundo narrativo propio marcado por el paisaje de su Gran Canarias natal y la evocación de un Sáhara donde ─dice─ transcurrió parte de su infancia y al que regresa con frecuencia en sus historias.
Ambientada en Fuerteventura, en lo más duro de los años de posguerra, «Villa Herbania» recorre la infancia y primera juventud de Lucía, una niña pobre, hija y nieta de cabreros que, a raíz de ciertas circunstancias, acabará sirviendo en la finca que da título a la novela: una hacienda centro de vida social en otro tiempo, ahora en clara decadencia, habitada por un coronel mutilado, el ama de llaves y el hijo de esta.
Lucía irá allí descubriendo un mundo hasta entonces para ella desconocido, un lugar y una historia familiar repleta de silencios, una biblioteca que avivará su curiosidad intelectual y convertirá de inmediato en refugio contra dolor y desamparo.
La autora da así voz a una mujer pobre, fuerte, valiente, decidida a luchar por su futuro; una joven que sueña otra vida y pelea por ella, que se enfrenta a los desprecios y clasismos propios de un tiempo cruel y mezquino, que se siente sola, distinta, que solo halla consuelo en los libros. Un personaje que ansía ser libre, dejar atrás la miseria, que nos asoma con delicadeza al más hondo misterio de su alma.
Entrañable, tierna, emotiva sin caer en ningún tipo de exceso sentimental, es esta una historia tejida con inmensa naturalidad, recorrida por una melancolía suave que en algún momento araña el corazón, sutil, elegante y de una gran calidad narrativa. Un bello homenaje a un tiempo, unas gentes y un mundo ya desaparecidos.