Abismo

 

El nombre de mi hermana ardía como fuego entre sus labios: «Amalia..», susurraba con premura y ella, lívida como la muerte, acudía en silencio a la llamada. Regresaba luego a la habitación, se acostaba junto a mí y, sin una palabra, fingía dormir. No lo hacía. Lloraba. Daba vueltas en la cama y lloraba el resto de la noche. Una mañana, mientras desayunábamos, papá me miró con sorpresa: «¡pero cuánto has crecido, mi niña!», murmuró bajito, «esta noche jugaré contigo». Mamá clavó sobre mí sus ojos de hielo, Amalia tembló estremecida y yo… yo sonreí nerviosa sin comprender qué sucedía. Continuar leyendo «Abismo»

En blanco

 

Un pequeño texto autobiográfico era el único requisito del concurso. «Nada complicado», pensé y, con un evidente y quizá algo temerario exceso de optimismo, acepté el reto. Desordenadas y vertiginosas, breves fotogramas de una película sin trama ni guión, una secuencia de imágenes perdida hacía mucho entre los pliegues de mi memoria, extraviada por descuido en ese leve espacio que separa alma y corazón, asaltaba de pronto, casi casi a traición, mi mente por sorpresa y de puntillas, a un cruel abismo de añoranza sin remedio la asomaba: días lejanos de escuela; largos, lentos y perezosos veranos; lecturas cómplices o embusteras; noches sin dormir; amigos, viajes, estudios, amores… Alegrías, derrotas, sueños y penas.

Pero pasaba el tiempo, el plazo de entrega −tictac, tictac− corría y ni una sola letra tintaba de negro el blanco de aquella odiosa página a toda hora abierta en la pantalla de mi ordenador: intimidatoria, parpadeante, a la espera. Continuar leyendo «En blanco»

Ginzburg, Natalia: El camino que va a la ciudad y otros relatos

 

Yo odiaba nuestra casa. Odiaba la sopa verde y amarga que mi madre nos ponía delante cada noche y odiaba a mi madre

Primera novela de Natalia Ginzburg, «El camino que va a la ciudad» fue inicialmente publicada (bajo pseudónimo) en 1942, en una época en que, a causa de las actividades políticas del marido, la autora se había visto obligada a refugiarse junto a su familia en un pequeño pueblo de los Abruzzos.

Es de ese contexto, de ese paisaje y ese ambiente, de donde nace la historia de Delia, una muchacha de dieciséis años atrapada en una vida de la que ansía escapar, que sueña marchar un día a la ciudad, que sabe que solo a través del matrimonio (como tiempo atrás hiciera su hermana) logrará alcanzar su sueño. Continuar leyendo «Ginzburg, Natalia: El camino que va a la ciudad y otros relatos»

Dostoievski, Fiódor: Noches blancas

 

No ha sido más que un sueño

Breve y bellísima novela de Fiódor Dostoievski, «Noches blancas» narra la relación entre dos jóvenes tras el encuentro casual del protagonista con una muchacha a quien una noche descubre llorando sobre la barandilla de un puente. A partir de ahí y durante tres noches más, esas famosas noches blancas del verano de San Petersburgo, asistimos al nacimiento de una amistad que no tendrá para los personajes el mismo significado ni valorarán ambos del mismo modo.

Él es un hombre que nunca ha estado enamorado, un solitario que vive en un mundo de sueños; ella una muchacha que sufre por amor sujeta por completo a la autoridad de una abuela ciega y desconfiada que asfixia su vida; ambos arrastran una historia triste y solitaria de la que nace una complicidad y una relación muy especial.

Texto poético, elegante, reflexivo y muy delicado que plantea temas tan importantes como la soledad, el amor, la incomunicación, la esperanza o el desengaño. Una historia que atrapa y es puro sentimiento.

Tiro al blanco

 

Nadie supo nunca qué ocurrió. Un viento gélido y devastador se extendía de repente por el mundo. A su paso: oscuridad, vacío, silencio… también miedo. Calcinaba sin clemencia el sol la tierra, todo era gris y para tanta derrota no hallaban las almas consuelo.

«Escuchamos a lo lejos un disparo», contarían los testigos tiempo después, «¿quién iba a imaginar…?».

Entre ruinas de muerte y desolación parecía de pronto haberse el tiempo detenido en un instante feroz, agónico, eterno. Lloraban su espanto a gritos la magia y la poesía. Un corazón roto, sin fe y sin esperanza, al cielo clamaba su plegaria. Todo lo inundaban fatalismo y abandono.

Ningún rastro quedaba ya de la vida y la belleza de otro tiempo. Cenizas, vegetación muerta, columnas de fuego, destrucción e indiferencia. Tierra yerma, heridas que supuran, que sangran y no cicatrizan. Que jamás lo harán.

Alevoso crimen o fatal accidente poco importa. Irreparable resultó el disparo. Trágica fue la consecuencia. A los pies del cazador yacía muerta una paloma: muy blanca y muy pequeña, inocente, frágil, casi inmaculada. Continuar leyendo «Tiro al blanco»

Un cuento de piratas

 

«¡Al abordajeeeee….!»

La voz del comandante Morgan tronó desde cubierta, áspera, metálica. A su señal, los corsarios de El Venganza se lanzaron al combate. Un estruendo de alaridos y mosquetes resonó sobre las aguas, la espuma del océano se tiñó de sangre y el humo de la pólvora cubrió el rostro de la luna. Tétrica y espectral, la bandera pirata ondeaba en la tiniebla.

Tomados por sorpresa en medio de la noche, los arcabuceros del galeón español disparaban contra el enemigo casi a ciegas, sin orden ni concierto. Su lluvia de proyectiles se perdía entre las olas, intensa pero ineficaz. Continuar leyendo «Un cuento de piratas»

Fitzgerald, Penélope: A la deriva

 

No sé qué voy a hacer con mi mente. Tampoco estoy segura de qué hacer con mi cuerpo

Ambientada en el Londres de los años sesenta y con un marcado, al parecer, carácter autobiográfico, es ésta la obra que lanzó a la fama a Penélope Fitzgerald y con la que obtuvo el premio Booker Prize de novela en 1979. A través de la historia de Nenna James y sus hijas, Martha y Tilda, asistimos al día a día de una pequeña y algo extravagante comunidad que ha hecho de los viejos barcos anclados a orillas del Támesis su hogar. Recrea así la autora las estructuras sociales, los lazos de convivencia y la red de solidaridad que surge en torno a la vida en un barco, una vida que está lejos de ser idílica ni tan romántica como quizás pudiera parecer. Continuar leyendo «Fitzgerald, Penélope: A la deriva»

Barr McCutcheon, George: Los millones de Brewster

 

No sé qué voy a hacer con mi mente. Tampoco estoy segura de qué hacer con mi cuerpo

Ambientada en el Londres de los años sesenta y con un marcado, al parecer, carácter autobiográfico, es ésta la obra que lanzó a la fama a Penélope Fitzgerald y con la que obtuvo el premio Booker Prize de novela en 1979. A través de la historia de Nenna James y sus hijas, Martha y Tilda, asistimos al día a día de una pequeña y algo extravagante comunidad que ha hecho de los viejos barcos anclados a orillas del Támesis su hogar. Recrea así la autora las estructuras sociales, los lazos de convivencia y la red de solidaridad que surge en torno a la vida en un barco, una vida que está lejos de ser idílica ni tan romántica como quizás pudiera parecer. Continuar leyendo «Barr McCutcheon, George: Los millones de Brewster»

Trevor Story, Jack: Pero… ¿quién mató a Harry?

 

Lo que me remuerde no es la conciencia. No tengo conciencia

Comedia negra del escritor británico Jack Trevor Story «Pero…¿quién mató a Harry?» (Alba Editorial), también en su momento llevada al cine por Alfred Hitckock, es una pequeña joya del género de suspense.

 Ambientada en una pequeña villa de la campiña inglesa, la historia comienza con el hallazgo de un cadáver que un niño encuentra en el bosque. A partir de ese momento, la trama gira en torno a las curiosas y sorprendentes reacciones que varios de los vecinos del pueblo, a medida que se encuentran con el cuerpo, muestran ante el suceso: lo ignoran, les molesta, lo entierran, lo desentierran… y todos se creen culpables de su muerte. Continuar leyendo «Trevor Story, Jack: Pero… ¿quién mató a Harry?»

Hijos de David

 

Cada grito de dolor permanece eternamente en la mente de Dios

Anónimo en los muros de Auschwitz

Aferrado a la mano de su esposa, incapaz de mirar atrás, Gabriel luchaba por no quebrarse. Avanzaban despacio, en silencio, enfrascados ambos en idénticos pensamientos. Dos pequeños eslabones en la larga cadena de miedo y derrota que aquellos días acordonaba Toledo. A lo lejos, las campanas de Santa María daban las doce. Un escalofrío, incongruente e impropio de la mañana de verano, recorrió entonces su cuerpo. Aquel tañido grave y solemne había marcado el paso de sus horas desde que tenía memoria y ahora que, sabía, lo escuchaba por última vez quiso anclarlo con detalle y precisión a su nostalgia. Las campanas, el olor de la leña al encender el fuego por las noches, la fragancia del jazmín, los silbidos de las golondrinas en las tardes morosas del verano, la casa de su niñez y sus ancestros… Todo lo perdían y él buscaba en su alma coraje para enfrentar incertidumbre y sufrimiento, para adaptarse y sobrevivir en ese mundo extraño y feroz que les había tocado en suerte.

Ahuyentó de su mente la nube de recuerdos que lo ahogaba y se centró en el camino. Avanzar, no pensar, un paso y otro y otro más. A su lado, Sara lloraba sin ruido. Apretó fuerte su mano. No hallaban sus labios palabras de consuelo. Continuar leyendo «Hijos de David»