
Serán sólo cien palabras, ten paciencia, sabes que después me rendiré. Un adiós, un recuerdo, un te quiero rasgando la noche. Cien palabras de amor desesperadas en lucha feroz contra el espanto y la desolación, serenas frente a los restos de este naufragio de sueños imposibles. Palabras que al amanecer flotarán a la deriva en el mar inclemente que pronto hará zozobrar mi barca y al que ruego como último consuelo que me acoja hospitalario en su fondo más oscuro e impida a la tormenta arrastrar mi cuerpo deshecho hacia la indiferencia del mundo. Palabras que el agua destruirá y ella no leerá jamás. Continuar leyendo «Papel mojado»




