
La posibilidad a pesar de todo de la vida y la belleza
Milan, el protagonista de esta historia, es un niño de padre francés y madre ruandesa que en la primavera de 1994 se ve sacudido por las imágenes que muestra la televisión sobre el genocidio de Ruanda, país que su madre abandonó veinte años atrás y del que nunca ha vuelto a hablar. También ahora guarda silencio frente al horror, incluso tras acoger en casa al pequeño Claude, un primo ruandés que llega terriblemente herido, tanto física como emocionalmente, y deja al cuidado de Milan sin más explicación. Esa situación marcará inevitablemente un punto de inflexión en la vida del muchacho, lo hará conectar con un dolor que no comprende y lo enfrentará a la necesidad de romper el muro de silencio construido por la madre.
Desde ese punto de partida, a base de saltos temporales a lo largo de más de dos décadas, Gaël Faye (1982) reconstruye la historia de un país dolorosa como pocas, donde el pasado acecha a cada paso y el sufrimiento late en los silencios.
Así, convertido ya en adulto, Milan regresará a Ruanda, pese a la oposición de una madre que sigue anclada en su hermetismo, para tratar de entender el pasado de una tierra que también es suya, conocer sus raíces y la familia de la que procede.
Faye arma de ese modo un relato muy emocional, lleno de dolor pero también de belleza, de gestos, de matices, de verdad. Una historia oscura y luminosa a un tiempo por lo que cuenta y por el modo en que lo hace, sin morbo ni efectismo, sin rehuir el horror pero con enorme contención, aferrada siempre a la esperanza del perdón como única posibilidad de futuro, salpicada también de libros, música, amigos y un tono por momentos de suave cotidianeidad.
Maravillosos en ese sentido los personajes secundarios, incluido el árbol que da título a la novela y tiene un simbolismo muy especial, y la calidez con que han sido construidos para alzar la voz contra el olvido, dar sentido al dolor sin dejarse arrastrar por odios ni rencores, y mostrar el retrato de un país que resurge de las ruinas tras algo tan incomprensible como inimaginable.
Publicada en 2024, la novela ganó en Francia el prestigioso premio Renaudot, es la segunda del autor y lo confirma como un excelente narrador.
Desgarradora, sencilla, honda y bellísima, una historia que duele y enamora.