
Si la libertad significa algo, es el derecho de decirles a los demás lo que no quieren oír
G.O.
Una noche el viejo cerdo Mayor, uno de los habitantes de la llamada Granja Manor, tiene un sueño, casi una premonición, que al despertar decide compartir con sus compañeros. Reunidos todos en un extremo del granero principal, a salvo de la mirada del señor Jones (propietario de la granja), una vez acomodados y captada su atención, comienza a hablarles del utópico mundo que soñó: un mundo donde todos los animales serían libres e iguales, lejos de la injusticia y el despotismo con que el ser humano los ha tratado siempre, del sometimiento a que se encuentran atados y de la necesidad para lograrlo de rebelarse en algún momento contra tales ataduras. Sus palabras llenan de inmediato a todos de esperanza haciéndoles pensar que una vida nueva y mejor, más justa, libre de la tiranía y del yugo del hombre, tal vez sea posible.
Mayor muere poco después y los cerdos, como animales más inteligentes de la granja, articulan entonces a partir de su discurso una ideología a la que denominan Animalismo que muy pronto habrán de llevar a la práctica tras el repentino e inesperado triunfo de la revolución.
Así comienza esta cruda y satírica fábula en torno a la corrupción, la mentira, la opresión y la traición con la que Orwell parodia con absoluta transparencia el socialismo soviético y todo su entramado político.
Repleta de simbolismos, la historia relata lo que ocurre tras la instauración de ese nuevo régimen surgido de la rebelión y cómo los cerdos, encabezados por el tiránico Napoleón, rompen el principio de igualdad por el que todos deberían regirse para pasar a dirigir con cruel arbitrariedad el destino del resto de animales.
Transcurren los meses, la promesa de una nueva vida se incumple, trabajan todos como esclavos… Mientras tanto los cerdos mantienen el poder, falsean la verdad, viven con extrema comodidad y proclaman traidor a cualquiera que se oponga a sus designios.
Pese a que los protagonistas son animales, el paralelismo con los líderes que encabezaron la Revolución Rusa es evidente: el señor Jones (el granjero contra quien se alzan) sería el zar Nicolás; el cerdo Mayor podría ser Lenin o Marx; Napoleón y Snowball, representan a Stalin y Trotsky; Boxer, el caballo trabajador, al proletariado; ovejas y gallinas a la multitud analfabeta que nunca cuestiona al líder…
Con absoluto realismo muestra Orwell con todo ello el modo en que las dictaduras promueven la sumisión, cómo se asientan y endurecen manteniendo en la ignorancia a los más débiles, la falta de autocrítica que las caracteriza, el empleo del miedo y la violencia como arma de control y la infelicidad y la pobreza a que inevitablemente conducen.
Escrita con la sencillez de una fábula clásica, es esta una historia lúcida y valiente que invita a reflexionar sobre los abusos del poder y la facilidad con que todo lo corrompe y manipula.
Muy incómoda en su momento por la demoledora crítica a los totalitarismos que contiene, logró ser publicada pese a todo (tras varios rechazos) en 1945, manteniendo aún hoy toda su vigencia la alegoría sobre la que fue tan hábil e ingeniosamente construida.
Reseña publicada en el nº 6 (febrero 2020) de la revista «El Tintero de Oro Magazine».
