
¡Qué tendrá la narración que nos consuela tanto de las culpas y errores y de las muchas penas que los años van dejando a su paso!
Novela coral en torno al poder de las palabras, de los silencios y las trampas de la memoria, con «Lluvia fina» (Editorial Tusquets) nos adentra Luis Landero en la intimidad, en los secretos y rencores de una familia incapaz, pese al mucho tiempo transcurrido, de perdonar agravios y cerrar heridas.
Con una estructura muy original, tomando como punto de partida la celebración del ochenta cumpleaños de la madre, asistimos de la mano de Gabriel y sus hermanas a la reconstrucción de un pasado familiar que cada uno recuerda de forma bien diferente.
A través de las continuas confidencias que, casi a modo de monólogo, los hermanos acostumbran a depositar en Aurora, esposa de Gabriel a quien todos acuden para desahogar su frustración sin advertir en ningún momento sus problemas (latentes sin embargo tras esa escucha suya amable y abnegada), construye el autor un puzle de vivencias, de pasiones y sentimientos que, a medio camino entre pasado y presente, articulan la historia real o imaginaria que sobre sí mismo ha ido tejiendo con los años cada uno de los personajes.
Guardián de todos esos secretos y rencillas familiares, es Aurora −y con ella el lector− quien percibe con absoluta nitidez el modo en que la narración distorsiona la realidad y poco a poco mitifica el pasado, el daño que causan las palabras (palabras que duelen y empapan como la lluvia fina, que nunca son inocentes) y lo grande que puede llegar a ser el desconocimiento de aquellos a quienes tenemos más cerca.
Relato intenso e introspectivo, amargo en el fondo, muy elegante en la forma, repleto de dulzura y delicadeza. Una magnífica novela.