Blog

El secreto de las hadas

 

Me llamo Marina y soy un hada. En serio, borrad esa sonrisilla burlona de la cara porque es cierto. Vengo del país de la magia y no conozco lo imposible. Bueno, hasta ahora, quiero decir. No conocía lo imposible hasta ahora. Por algún motivo mis hechizos han perdido su eficacia, no consigo desplegar mis alas y el polvo de estrellas se tiñe de ceniza al roce de mis dedos. ¡Qué sensación más extraña!

Pero me estoy adelantando. Mejor os cuento despacito mi historia. Veréis, yo vivía en el valle de las Aguas Encantadas. El lugar más hermoso que podáis imaginar. Un mosaico de color donde siempre es primavera, los árboles hablan y nada malo sucede jamás. Acababa de celebrarse la reunión anual de hadas y me habían ascendido a la categoría de madrina. No todas lo somos, como suele creerse. Es un puesto bien codiciado y no sabéis lo que cuesta ganarlo. El caso es que yo lo había conseguido. Por fin era un hada madrina y estaba feliz. Olga, una recién nacida risueña y preciosa, fue la niña que el comité me asignó como ahijada, no sin antes haber verificado a conciencia mi aptitud para el cargo. El mundo de los humanos, tan atractivo y enigmático siempre, también resulta en ocasiones peligroso y puede dañarnos de un modo irreparable. Continuar leyendo «El secreto de las hadas»

Ravnkilde, Adda: Judith Fürste

 

Una roca fría e insalvable contra la que los vapores de la ilusión se estrellan

Clásico de  la literatura danesa, Judith Fürste es la primera de las tres novelas publicadas por Adda Ravnkilde (1863-1883). Tras haber entregado el manuscrito al editor Georg Brandes y antes de recibir respuesta, la autora se suicidó a la edad de veintiún años. El propio editor relata el suceso en el prólogo de la novela, la impresión que la chica le causó y los motivos que le llevarían luego a publicar sus escritos de manera póstuma.

La historia de Judith Fürste es la de una joven, huérfana de padre, sometida a la voluntad de una madre sin carácter y al despotismo del hombre con quien esta contrae matrimonio poco después de enviudar. Un hombre mezquino que pretende despojar a Judith de su herencia y hacerla sentir por completo a su merced. El afán de huir de sus garras empujará a la protagonista hacia un matrimonio de conveniencia que muy pronto dará lugar a una lucha de voluntades repleta de malentendidos y frialdad. Continuar leyendo «Ravnkilde, Adda: Judith Fürste»

Desconcierto

 

La mirada del hombre lo incomoda. Sus ojos lo radiografían con descaro, lo escudriñan insolentes; sin doblez, desfachatados. Tuerce el gesto en una mueca de disgusto y se aproxima. Duda, parece a punto de hablar pero… la confidencia se le muere entre los labios. Retrocede. Se aleja dos pasos. No se marcha. No habla. No sonríe. Permanece parado frente a él, observándole, juzgándole…

¿Quién será este borracho?, piensa aferrado al maletín que sostiene entre las manos. Camina de regreso a casa por la avenida, cabizbajo y angustiado. Acaban de despedirle del trabajo y no tiene ánimo para majaderías. Solo quiere llegar, beber un whisky en su sillón y olvidarse del mundo. Pero los ojos de ese hombre lo persiguen. Parado en la acera, no logra desprenderse de ellos. ¿Qué hay en ese rostro que lo inquieta de ese modo? Observa los surcos de su frente, el temblor de sus manos, su aspecto de ejecutivo descuidado. Pasan los segundos, se retan en silencio… Y de pronto, un relámpago de lucidez lo golpea por sorpresa. Enrojece de vergüenza, traga el nudo que se enreda a su garganta y con el corazón disparado continúa su camino. Apenas se aleja, un reflejo más feliz asoma entre destellos al cristal del escaparate.

 

 

 

Relato para el microrreto de El Tintero de Oro «De la escena al micro«, inspirado en la película «Días de vino y rosas».

 

James, Henry: Whasington Square

 

A pesar de su condición de heredera a nadie se le había pasado por la cabeza que fuese una beldad

Publicada en 1880, Washington Square es una de las obras más reconocidas de Henry James (1843-1916), una novela que Graham Green llegó a equiparar a las de Jane Austen por la maestría con que detalla las aspiraciones del alma femenina.

Catherine Sloper, la protagonista de esta historia, es una joven a quien el autor presenta como una muchacha tímida y bondadosa, una mujer sin grandes aspiraciones sociales ni más atractivo que su condición de rica heredera. Sometida por completo a la voluntad del padre, un afamado médico en la Nueva York de finales del S.XIX que sirve de marco a la narración, Catherine ha sufrido desde niña su desprecio. Un sordo desdén teñido de cariño que refleja sin tapujos la decepción del hombre hacia una hija a quien no considera lo suficientemente bella ni inteligente. Continuar leyendo «James, Henry: Whasington Square»

Parades, Ovidio: Carver y el metro de Berlín

 

Todo el mundo llora de vez en cuando en la penumbra de su salón.

Última antología de Ovidio Parades, «Carver y el metro de Berlín» reúne dieciocho de sus relatos. Un compendio de cuentos articulado en torno a momentos, sensaciones o pequeños instantes cotidianos que, pese a su aparente sencillez, aborda temas tan profundos como el maltrato, el acoso escolar, la enfermedad mental, el miedo a la muerte o la vejez.

Con inmensa delicadeza y gran habilidad para describir ambientes y emociones, el autor se detiene ante una cotidianeidad que lejos de dejar pasar inadvertida él sabe convertir en literatura. El efecto que en un hombre tiene una llamada intempestiva, los pensamientos de una mujer durante un trayecto en autobús, la desazón que en un turista despierta cierta escena callejera…, imágenes a modo de instantáneas que traslucen miedos, tristezas o alegrías, un fragmento de intimidad detenida. Continuar leyendo «Parades, Ovidio: Carver y el metro de Berlín»

Kennedy Toole, John: La conjura de los necios

Solo me relaciono con mis iguales y como no tengo iguales no me relaciono con nadie

Inadaptado, egocéntrico, estrafalario, Ignatius Reillly odia la sociedad que le ha tocado en suerte. Un mundo rendido al consumismo, esclavizado por el trabajo y la rutina que no logra aceptar. A sus más de treinta años aún vive con su madre, dedicado a la escritura de lo que él considera su gran obra maestra: un puñado de reflexiones que algún día ─dice─ donará a la Humanidad, desperdigadas en montones de cuadernos, donde exalta la moral y el modo de vida del Medievo. El cine como único entretenimiento y la peculiar relación que mantiene con su madre (viuda desde hace más de veinte años) son los ejes en torno a los que gira su existencia hasta que, un día, un suceso inesperado altera ese equilibrio y le obliga a salir al mundo exterior. Continuar leyendo «Kennedy Toole, John: La conjura de los necios»

Un tipo con suerte

 

No soy un cleptómano, ¡qué ocurrencia!, y me ofende terriblemente que hayan llegado a imaginar tal cosa. Solo soy un tipo con suerte. Un coleccionista, si precisan catalogarme de algún modo. Un guardián de extravíos ajenos. Sí, me gusta esa expresión y pronto verán lo bien que me define.

 Aunque no lo crean, cada día, en cada esquina, tropiezo con hallazgos de lo más insospechado. Esta ciudad está llena de tesoros. Al parecer, sin embargo, poca gente los detecta y no entiendo por qué ni cómo es posible que pasen tan inadvertidos. Que nadie se percate de la existencia de tales maravillas cuando a mí, a toda hora, me asaltan por sorpresa. Me parece algo fascinante, lo confieso. Solo es cuestión de andar alerta y con los ojos bien abiertos para no perder la oportunidad. Nunca se sabe lo que uno habrá de precisar en este mundo tan cambiante. Ya ven, hoy ha sido el libro que curioseaba a su llegada el que por algún motivo captó mi atención. Algo malherido y deshojado ─cierto es─ pero suficiente para aliviar el tedio de mis horas. En otro tiempo fui poeta, ¿saben ustedes? No del todo malo, creo yo, aunque, bueno, la literatura es un oficio bien precario y no solo de palabras vive el hombre. De cuando en cuando también precisa una hogaza de pan. Ahora soy inventor. Trabajo en un proyecto ultra secreto del que pronto tendrán noticia, créanlo. Un artilugio de lo más singular que me hará rico y famoso en el planeta entero. Pero no adelantemos acontecimientos y no me tiren de la lengua que ya les digo que el tema está bajo secreto y no puedo hablar. Continuar leyendo «Un tipo con suerte»

Gutiérrez, Mónica: Club de lectura para corazones despistados

 

Entre libros nada dolía

Un pueblito perdido en el Pirineo, una treintañera en crisis tras un fracaso profesional, un joven misterioso en busca de refugio… Y libros, muchos libros, para esta última historia de Mónica Gutiérrez Artero que es, por encima de todo, una carta de amor a la literatura, a su capacidad de consuelo, a su poder para aliviar las heridas del alma y servir de escudo contra desamparo y soledad.

Si en todas las novelas de Mónica las referencias literarias salpican de continuo la trama, en esta, ambientada en torno a un club de lectura, se convierten en un elemento central, un modo de dar a conocer las inquietudes y el corazón de una protagonista cargada de miedos y tristezas al comienzo del relato que irá recorriendo poco a poco el camino hacia la ilusión y la esperanza. DráculaLa princesa prometida, La isla del tesoro… hacen de enlace argumental entre escenas y revelan el momento vital en que se encuentran determinados personajes. Continuar leyendo «Gutiérrez, Mónica: Club de lectura para corazones despistados»

Turbulencias

 

De espaldas a la ventana, Amelia intentaba no hacer caso a la tormenta. «No tengas miedo, chiquitina ─tranquilizaba en un susurro a su muñeca─, los truenos no hacen nada, solo ruido, mucho ruido. Antes a mí también me asustaban, ¿sabes?, pero ahora que soy grande ya no ─Brrrmmm, la desmintió el cielo con estrépito─. Bueno, a lo mejor todavía un poco sí… Ven, vamos a escondernos dentro del armario, ya verás qué tranquilitas estamos».

─Mamáááa ─el grito de Álvaro la sacó de su refugio─ la he encontradoooo.

Acurrucada entre abrigos y mantas viejas, Amelia parecía un pajarito asustado.

─Ven, abuela, ven conmigo ─la abrazo el chiquillo, recogiendo del suelo la muñeca─, no llores. ¡Mira! ¡Mira, si ya escampa! Continuar leyendo «Turbulencias»

Ícaro

 

Desde niño fantaseaba con volar. Si pudiera planear despacito entre las nubes ─se decía─ perseguir por el cielo a las gaviotas, sentir en la nuca la caricia del viento… ¡Oh, qué felicidad! Olvidar por un instante las asperezas de la vida y volar. Simplemente volar. Lejos, muy, muy lejos.

Acodado a la ventana, escuchó de nuevo aquella voz que lo llamaba: «ven, no temas, yo te enseñaré a volar». Sus alas rotas se agitaron, sus pies perdieron el suelo, un suspiro leve tiritó en el aire… Y, al alzar el vuelo, un latido de esperanza sacudió su corazón. Continuar leyendo «Ícaro»