
Había una vez una barca que soñaba con el mar. Soñaba despertar en mañanas plácidas, suaves y benignas, navegar tardes de sol hasta que el ocaso tiñera de naranja el horizonte, hasta ese instante en que poco a poco el mar cambiaba de color: del verde al azul, del azul al añil y por último casi al negro, peces diminutos nadando entre algas y corales, olas brillantes, blanquísimas y juguetonas salpicando su casco, cientos de gaviotas bajo un cielo inmenso y solitario. Soñaba con playas de arenas blancas, pescadores remendando sus redes con la última luz del día, olor a sal, la romántica voz de un vapor en alta mar… la aventura misteriosa de algún velero espectral, el cofre del tesoro de cualquier pirata con suerte. Soñaba la libertad. Continuar leyendo «Dulces sueños»








