
Esos libros dieron a Matilda un mensaje de esperanza: no estás sola
Matilda, inolvidable personaje de Roald Dahl, es una niña con un don muy especial: una inteligencia impropia de su edad que, antes de los cinco años, le permite leer a autores como Dickens, Hemingway o Fitzgerald y realizar complicados cálculos matemáticos. Sus padres, pendientes solo de sí mismos, la desprecian y la ignoran por completo. Su hermano tampoco la tiene en cuenta nunca para nada y nadie parece hacerle caso ni ocuparse de ella en absoluto hasta el día en que comienza a ir a la escuela. Allí, su profesora, la señorita Honey, descubrirá al instante su inmenso talento y tratará de potenciarlo por todos los medios. Chocará en su intento, sin embargo, con la desidia de los padres y la maldad de la directora del colegio, la señorita Trunchbull, una mujer terriblemente cruel que odia a los niños y los aterroriza de todos los modos posibles.
Sobre esos mimbres y, a partir de un suceso inesperado, que un día se produce en la clase de Matilda, Roald Dahl construye una historia tierna y divertida, repleta de situaciones rocambolescas e inesperadas, que no oculta (casi parece, como en muchos otros de sus relatos, pretender mostrarlo) el dolor que ocasiona la injusticia y la incomprensión ni esconde la crudeza de determinadas realidades.
Obra maestra de la literatura infantil y una de las mejores historias de su autor, la peripecia de Matilda atrapa muy rápidamente también al lector adulto, pese al tono de cuento y la clave de humor en que está planteada, al enfrentarnos realmente la narración a un personaje incomprendido que no encaja en los moldes sociales a los que se debería ajustar y con el que resulta por ello muy fácil identificarse.
Historia original e imaginativa, sencilla y sin dobleces, con el sello de un autor decidido a no enmascarar la crueldad del mundo a los niños pero capaz de mostrarla de un modo que, tras ciertos momentos de angustia, deja siempre una sensación alegre y luminosa en la conclusión de la aventura.
Pequeño clásico de un escritor imprescindible cuyos cuentos aparecen siempre ambientados en torno a un universo muy particular, muy reconocible también y desbordante de magia.