Escenas de la vida conyugal

 

Nos quedamos presos de nuestra cobardía

Escrita y llevada al cine en su momento por Ingmar Bergman, regresa ahora a los teatros españoles, cuatro años después de su última gira y como entonces dirigida por Norma Aleandro y protagonizada por Ricardo Darín, «Escenas de  la vida conyugal», brillante y agridulce comedia en torno a la vida de pareja: en torno a sus grandezas y miserias pero también y sobre todo en torno al amor y sus vínculos.

Con una sencilla y cuidadísima puesta en escena, a medio camino entre el humor y el drama, entre la ironía y la ternura, la representación nos asoma a la cotidianeidad y las rutinas de un matrimonio, Juan y Mariana, durante un periodo de veinticinco años. Nos muestra sus conflictos, sus anhelos y frustraciones, sus insatisfacciones, para desde ahí abordar con total honestidad, sin falsa inocencia ni moralismos, temas tan profundos como la infidelidad, el desgaste y el distanciamiento que trae la convivencia, la necesidad de perdón e incluso de segundas oportunidades. Todo ello a través de una serie de situaciones y disyuntivas con las que al espectador le resulta muy fácil empatizar y que inevitablemente lo inducen a cierta reflexión.

Texto denso, inteligente y complejo con hilarantes momentos cómicos que en absoluto restan profundidad a los temas de fondo.

Magníficos ambos actores pero destacar en particular la interpretación de Andrea Pietra, capaz de sostenerle el pulso y no resultar eclipsada por un Ricardo Darín inmenso, un actor que posee el don de la autenticidad y enamora con cada palabra y cada gesto.

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