
Tu conciencia es la más dura de las condenas
Un viejo profesor tratando de orientar a dos alumnos en su trabajo de fin de carrera es el punto de partida de esta historia que, dirigida por Mario Gas y protagonizada por José Mª Pou, recrea la vida política de Cicerón en un mundo repleto de mezquindades, deslealtades y desmedidas ambiciones personales.
Sobre la escenografía de una impresionante biblioteca, los protagonistas debaten si realmente fue Cicerón un hombre íntegro comprometido con el bien común o un mero oportunista. El profesor adopta de pronto el papel del filósofo convirtiendo a los estudiantes en su hija y su esclavo y es así como, con continuos saltos del presente al pasado y en un curioso ejercicio de metateatro, reconstruye esta obra su figura y lo más destacado de su vida y pensamiento.
Imagen de la integridad moral, de la coherencia individual y la lealtad hacia las propias convicciones, Pou da voz a un personaje repleto de dudas y contradicciones, un hombre que, lejos de tener respuestas, plantea cuestiones tan actuales como la legitimidad o no de una asamblea pública para entrar en conflicto con la ley, la posible existencia de normas injustas y el modo en tal caso de enfrentarlas o la facilidad con que los gobernantes son tantas veces capaces de manipular al pueblo para regir con la más absoluta arbitrariedad su destino.
Texto intenso y repleto de matices, abrumador por momentos, para una obra que, posicionándose claramente contra totalitarismos y populismos, trata sin duda de suscitar debate y mover al espectador a cierta reflexión.
Destacar finalmente los múltiples registros y la poderosa interpretación que de su personaje hace un José Mª Pou soberbio.