
Porque eso que había sido escrito quizá no hubiera sido nunca hablado
Durante un periodo que comienza en los años previos a la guerra civil española y concluye en la etapa final del franquismo, con esta última novela −»Música de ópera» (Editorial Anagrama)− recrea Soledad Puértolas la historia de una saga familiar a lo largo de varias generaciones.
A través de tres mujeres, doña Elvira, su sobrina Valentina y su nieta Alba y con el trasfondo histórico de acontecimientos tan determinantes como la guerra civil, la visita a España del presidente Eisenhower, la revolución cubana o la primavera de Praga, se adentra la autora en una narración repleta de secretos y silencios, de rencores y traiciones, de incomprensión, desamor y soledad.
Doña Elvira, el personaje principal, es una mujer hedonista y caprichosa, ofuscada por la repentina destrucción del mundo cálido y privilegiado en que siempre ha vivido; una mujer que se refugia en la música como único medio para afrontar la pérdida de esos privilegios, el desaliento inmenso que los nuevos tiempos le producen y que solo en ella: en la música y el recuerdo, halla consuelo.
Asistimos a través de su historia a la evolución de una familia que debe adaptarse a nuevas circunstancias y nuevos modos de entender el mundo pero sobre todo, de un modo muy sutil y muy poético (acertadísimo el recurso de las cartas que a lo largo del tiempo y casi a modo de diario doña Elvira escribe a una destinataria muy particular) lo que hace la autora es asomarnos a los miedos, melancolías y desconciertos de su protagonista mostrando así las causas últimas de un comportamiento que inevitablemente condicionará luego las vidas de Valentina, Alba y toda la familia.
Novela muy conmovedora, cargada de matices, de gestos, de belleza… también de vacío, de insinuaciones, de pérdidas y silencios.