
Las poesías eran así: sencillas, hechas con nada, hechas con las cosas que se veían
Solo he escrito lo que recordaba. Por eso, quien intente leerlo como si fuera una crónica encontrará grandes lagunas. Y es que este libro, aunque haya sido extraído de la realidad, debe leerse como se lee una novela. Con esta advertencia, la autora, consciente de las trampas de la memoria y el poder de la nostalgia, avisa al lector en la nota previa a su texto de lo que hallará en sus líneas: una selección de momentos y episodios tal y como ella los recuerda. Una memoria familiar que plasma un ambiente, un universo de relaciones peculiar, un mundo que ella captura de manera magistral.
Publicado en 1963, Léxico familiar es el relato autobiográfico que Natalia Ginzburg (1916-1991) hace de su infancia y juventud en la Italia de principios del S. XX. Años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, donde el fascismo comenzaba a imponer sus postulados y dejaba entrever lo que a punto estaba de ocurrir.
Intimista y repleta de detalles, la narración se adentra así en la cotidianeidad de una familia de cinco hijos ─la de la propia autora─ que un padre (investigador y profesor de anatomía) colérico e irascible trata de dirigir con mano férrea, mientras la madre (lectora de Proust y estudiante de ruso) adopta en ocasiones una actitud algo infantil y siempre despreocupada.
La memoria afectiva de las palabras, su capacidad para tejer relaciones, la inmediatez con que una frase es capaz de retrotraernos años después a recuerdos y complicidades olvidadas, es el tema de fondo de una historia cálida y muy evocadora que salta de la alegría a la tristeza y plantea cuestiones como la pérdida, el paso del tiempo o la violencia política sin dejar de lado en ningún momento la humanidad de sus personajes.
Sobria en el estilo, plagada de anécdotas y detalles, falsamente sencilla, Ginzburg cuenta su historia con una enorme naturalidad. Desde la contención y el diálogo que a través de la escritura parece entablar consigo misma, transporta al lector a un tiempo turbulento y lo hace cómplice de su vida.