
La literatura es el sentido mágico de la vida
Ana Mª Matute
El bosque aguardaba. Nada rompía su letargo. Verano no dejaba paso a Otoño ni Inverno a Primavera. El tiempo agonizaba, detenido en la espesura. Las estaciones no se sucedían. Ya no trinaban los ruiseñores en sus nidos ni danzaban las ninfas sobre las aguas del río. Las hadas destejían hilo a hilo sus hechizos, lágrimas de luna lloraban las luciérnagas y el sueño intempestivo de los trasgos boicoteaba sus diabluras sin quererlo. «Érase una vez…», murmuraba el viento entre los álamos. Pero los hombres habían olvidado la magia del conjuro y, abandonado y solitario, moría de tristeza el bosque encantado.
Relato publicado en el nº 6 de la revista de El Tintero de Oro «El club de la microficción» (febrero 2023)


